Por:&nbsp;MV Mg Leonardo Oscar Mascitelli.&nbsp;Magister en Relaciones Comerciales Internacionales y Presidente de IPSAL (Iniciativa para la Salud Agroalimentaria) Debemos poner en contexto la situaci&oacute;n global referida al crecimiento de la poblaci&oacute;n mundial, la cual actualmente se calcula en 7.500 millones de habitantes y se proyecta al a&ntilde;o 2050 en 9.500 millones aproximadamente, fundamentalmente en los pa&iacute;ses en desarrollo. Esta situaci&oacute;n traer&aacute; aparejado un aumento en el consumo como tambi&eacute;n cambios en los h&aacute;bitos dietarios debido a nuevas tendencias de grupos espec&iacute;ficos de consumidores. Tambi&eacute;n teniendo en considerando en general que, salvo algunas cuestiones coyunturales, existe una mejora de los ingresos per c&aacute;pita en algunos pa&iacute;ses y regiones en particular, requiriendo alimentos nutritivos y seguros con fuerte incidencia en los de origen animal (carnes y productos l&aacute;cteos) por las prote&iacute;nas de alto valor. Lo antes mencionado conlleva la necesidad del aumento en la producci&oacute;n de alimentos, lo que ha producido cambios estructurales en los sistemas de producci&oacute;n y comercializaci&oacute;n, sistemas de integraci&oacute;n vertical y cadenas de suministros globalizadas. A esto se suma el problema mundial del aumento de la urbanizaci&oacute;n y concentraciones geogr&aacute;ficas de ciertas poblaciones y debe tenerse en cuenta los impactos que esto tambi&eacute;n genera en los sistemas agroalimentarios. La necesidad de incremento en la producci&oacute;n de agroalimentos produce presi&oacute;n sobre los sistemas agroalimentarios con la posibilidad de aumento de los riesgos de transmisi&oacute;n de enfermedades o de contaminantes nocivos para la salud humana. Los riesgos que trae aparejado este incremento en la producci&oacute;n generan impactos sobre el sector agroalimentario en los considerados&nbsp;bienes p&uacute;blicos mundiales&nbsp;definidos como la seguridad e inocuidad alimentaria, la sanidad animal y vegetal, la salud humana y la salud ambiental. SEGURIDAD ALIMENTARIA El sistema agroalimentario es un sector din&aacute;mico y en crecimiento que requiere atender las exigencias de los consumidores cada vez mas sensibilizados. Seg&uacute;n la Organizaci&oacute;n de las Naciones Unidas para la Alimentaci&oacute;n y la Agricultura (FAO), desde la Cumbre Mundial de la Alimentaci&oacute;n (CMA) de 1996, la Seguridad Alimentaria &ldquo;a nivel de individuo, hogar, naci&oacute;n y global, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso f&iacute;sico y econ&oacute;mico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana&rdquo;. CRISIS SANITARIAS&nbsp; A partir de grandes eventos sanitarios, comenzando con el ocurrido en los a&ntilde;os 90 con la crisis mundial producida por la Encefalopat&iacute;a Espongiforme Bovina comunmente llamada Mal de la Vaca Loca, como as&iacute; tambi&eacute;n la Influenza Aviar, que produjeron un fuerte impacto negativo y gran preocupaci&oacute;n en los consumidores y en el sector de agroalimentos en general comprometiendo la seguridad alimentaria y trastocando el comercio internacional de mercanc&iacute;as, se fueron incorporando nuevos temas sensibles y de amenazas para su an&aacute;lisis y acci&oacute;n que debieron ser incorporados directa o indirectamente a las actividades de los actores involucrados en los sistemas sanitarios, considerando tanto el sector p&uacute;blico como el privado. Cabe mencionar, a modo de ejemplo en este sentido, el bienestar animal, la trazabilidad, los controles de residuos en los alimentos, el manejo del medio ambiente y el cambio clim&aacute;tico, y &uacute;ltimamente la resistencia antimicrobiana, entre otros. El impacto de las crisis sanitarias en la seguridad alimentaria trae consecuencias negativas de distinta &iacute;ndole en los sistemas agroalimentarios como son las p&eacute;rdidas de valor en la cadena productiva,&nbsp;las&nbsp;p&eacute;rdidas de fuentes de trabajo con el costo social que eso incluye y, por supuesto, las p&eacute;rdidas en sanidad animal y protecci&oacute;n vegetal para finalmente generar grandes p&eacute;rdidas en la salud humana siendo el consumidor el &uacute;ltimo eslab&oacute;n en la cadena. Las situaciones que describen los panoramas antes mencionados presentan desaf&iacute;os y oportunidades que fundamentalmente deben centrarse en fortalecer&nbsp;la gesti&oacute;n que permita garantizar la seguridad alimentaria. Para este objetivo es de suma importancia la planificaci&oacute;n estrat&eacute;gica y operativa&nbsp;e implementar un correcto&nbsp;gerenciamiento y administraci&oacute;n de los recursos disponibles (buena gobernanza),&nbsp;integrando&nbsp;equipos de trabajo p&uacute;blico-privado multidisciplinarios que incluyan la producci&oacute;n, la industria y el comercio, pero tambi&eacute;n comenzar a incorporar a los consumidores. Desde el punto de vista cient&iacute;fico-t&eacute;cnico es fundamental promover y profundizar la utilizaci&oacute;n de la herramienta que nos brinda el an&aacute;lisis de riesgos (identificaci&oacute;n de peligros, evaluaci&oacute;n de riesgos, gesti&oacute;n de riesgos y comunicaci&oacute;n) para la correcta toma de decisiones que definan mejores pol&iacute;ticas p&uacute;blicas sostenibles y sustentables y mejores instituciones tanto en el sector&nbsp;p&uacute;blico como en el sector privado. NUEVO ENFOQUE Hoy en d&iacute;a es fundamental e impostergable abordar esta problem&aacute;tica con el enfoque de&nbsp;&ldquo;una sola salud&rdquo;,&nbsp;hoy en d&iacute;a llamado UNA SALUD (salud animal y vegetal, humana y ambiental), que est&aacute; siendo promovido fuertemente por una alianza cuatripartita integrada por los siguiente organismos internacionales referentes: la Organizaci&oacute;n Mundial de Sanidad Animal (OMSA ex OIE), la Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud (OMS), la Organizaci&oacute;n de las Naciones Unidas para la Alimentaci&oacute;n y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). &laquo;Una sola salud&raquo;&nbsp;fue introducido a comienzos de la d&eacute;cada del a&ntilde;o 2000, resumiendo en pocas palabras una noci&oacute;n conocida desde hace m&aacute;s de un siglo: que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y est&aacute;n vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.&nbsp; Las esferas de trabajo, en las que el enfoque de &ldquo;una salud&rdquo; son especialmente pertinentes, son la inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis (enfermedades transmisibles de los animales a los humanos, como la gripe, la rabia, la brucelosis y la tuberculosis, entre otras) y la lucha contra la resistencia a los antibi&oacute;ticos (cuando las bacterias, tras estar expuestas a antibi&oacute;ticos, se vuelven m&aacute;s dif&iacute;ciles de destruir). Se necesita un enfoque integral,&nbsp;&ldquo;ONE HEALTH (Una Salud)&rdquo;,&nbsp;para hacer frente a las complejidades de los cambiantes entornos de las enfermedades. Este enfoque da mayor &eacute;nfasis a la resiliencia agroecol&oacute;gica, la protecci&oacute;n de la biodiversidad, el uso eficiente de los recursos naturales y la inocuidad de las cadenas de suministro alimentario, en particular en las zonas m&aacute;s afectadas por la pobreza y las enfermedades animales. <p style="text-align:center"> Fuente: Organizaci&oacute;n Mundial de Sanidad Animal (OMSA ex OIE) CONCLUSI&Oacute;N Es necesario entender el rol social y la gran responsabilidad de todos los actores de la cadena en la producci&oacute;n de agroalimentos. Es fundamental comprender e internalizar el concepto de sistema agroalimentario como un bien p&uacute;blico enmarcado en el sistema de producci&oacute;n, comercializaci&oacute;n y consumo globalizado, y atender las necesidades de consumidores sensibilizados por las crisis sanitarias mal gestionadas y mal comunicadas que produjeron serias crisis de confianza. Para ello, se ponen en consideraci&oacute;n las siguientes propuestas para la acci&oacute;n: Discutir e implementar acciones estrat&eacute;gicas coordinadas incorporando mejoras en la gesti&oacute;n a partir de mejores pol&iacute;ticas y mejores instituciones. Incorporar e implementar en los sistemas sanitarios nacionales el enfoque&nbsp;UNA SALUD. Establecer pol&iacute;ticas p&uacute;blicas sustentables a partir de la acci&oacute;n coordinada del sector p&uacute;blico y privado responsable. A partir de las lecciones aprendidas de las crisis sanitarias pasadas, tomar en cuenta las medidas de prevenci&oacute;n, sensibilizaci&oacute;n y concienciaci&oacute;n que se orienten a mayores acciones proactivas y no solo siempre reactivas. Proponer e integrar equipos de trabajo multidisciplinarios conformados por el sector p&uacute;blico y privado. Mejorar la capacitaci&oacute;n en todos los niveles para los actores del sector agroalimentario, promover mayor difusi&oacute;n y concienciaci&oacute;n a lo largo de la cadena de valor, incluyendo a los consumidores que son el &uacute;ltimo eslab&oacute;n de la cadena.&nbsp;