Por: Ing. Agr. M. Sc. Adri&aacute;n Bifaretti, Jefe Departamento de Promoci&oacute;n Interna del IPCVA Fotos: Banco de im&aacute;genes Dedicamos cada vez m&aacute;s tiempo a la vida virtual y, dentro de &eacute;sta, a navegar en las redes sociales, muchas veces sin rumbo, simplemente a la espera de que algo nos sorprenda, nos asombre y que en base a producir suficiente fascinaci&oacute;n termine robando algunos segundos de nuestra cada vez m&aacute;s valiosa y escasa atenci&oacute;n.&nbsp; Facebook, Instagram, tik tok, twitch, discord y cualquiera de las plataformas sociales que van posicion&aacute;ndose en los primeros lugares de las preferencias de moda, constituyen entornos de sociabilidad donde se advierte una creciente carga emotiva. En paralelo, como la cultura de la convergencia y conectividad nos invitan permanentemente a conversar y a participar en las distintas plataformas sociales, no podemos evitar opinar sobre pr&aacute;cticamente todo. All&iacute; aparecen casi todos hablando y opinando de casi todo. &nbsp;&nbsp; Ello lleva muchas veces a que el boca en boca tecnol&oacute;gico y el ritmo que marcan los algoritmos terminen generando una reputaci&oacute;n del sector c&aacute;rnico y una imagen de la carne vacuna no del todo buena: &ldquo;Que contaminan&rdquo;, &ldquo;que no cuidad a los animales&rdquo;, &ldquo;que producen carne no saludable&rdquo;. TODO Discutible por cierto.&nbsp; Como las redes posibilitan explorar nuevos y m&aacute;s estilos de vida, no es extra&ntilde;o que ser vegano sea cool, que ser verde sea lo moralmente correcto y que comer de todo signifique en cambio tener altas chances de ser tildado de carn&iacute;voro asesino. La misma l&oacute;gica de interpretaci&oacute;n corre para aquellos que constituyen la oferta de carne. Algunos piensan que vivir de la producci&oacute;n ganadera o generar trabajo en un frigor&iacute;fico no necesariamente significa dar un cheque en blanco al prestigio o reconocimiento porque no se cuenta con el aval de una cada vez m&aacute;s buscada y dif&iacute;cilmente alcanzable licencia social. Quienes trabajamos en marketing sabemos de la importancia de conocer cada vez m&aacute;s al cliente. La frase &ldquo;el cliente siempre tiene raz&oacute;n&rdquo; tiene m&aacute;s vigencia que nunca. Lo expuesto en los p&aacute;rrafos anteriores deja en claro que los cambios que nos tocan vivir son brutales, dif&iacute;ciles de asimilar y en aceleraci&oacute;n exponencial. Y esto es solo el principio. Por ello aquello que sol&iacute;a funcionar en t&eacute;rminos de promoci&oacute;n o comunicaci&oacute;n hoy ya no funciona. En este marco, las generaciones j&oacute;venes tienen una identidad en permanente reciclaje, no aceptan mensajes prefabricados, gen&eacute;ricos. Quieren conectarse con aquellas empresas o productos que les garanticen autenticidad. Pero no olvidemos que el punto de partida respecto a la credibilidad o la confianza no es el mismo que en el caso de las generaciones de mayor edad.&nbsp; Solo por citar un ejemplo, se muestra a continuaci&oacute;n en la Figura 1 la percepci&oacute;n de las distintas generaciones de nuestro pa&iacute;s sobre cu&aacute;n natural se considera a la carne vacuna argentina. Mientras que 7 de cada 10 de los baby boomers (mayores de 50 a&ntilde;os) la considera un producto 100% natural, solo 4 de cada 10 centennials la consideran as&iacute;.&nbsp; Por ello, la forma de comunicarnos con estos segmentos ameritan estrategias y t&aacute;cticas comunicacionales bien distintas. No van a servir mensajes as&eacute;pticos, deshumanizados y en los que no se demuestre compromiso social y ambiental. Necesitamos, por el contrario, m&aacute;s personalizaci&oacute;n, adecuaci&oacute;n y precisi&oacute;n de los mensajes casi de rayo l&aacute;ser.&nbsp; <p style="text-align: center;"> Yo te conozco Debemos resetear el v&iacute;nculo, la relaci&oacute;n y la comunicaci&oacute;n y, para ello, ser&aacute; imprescindible tener bien calibrado el radar emocional con el cual tratamos de entender a la gente.&nbsp; El IPCVA viene trabajando desde a&ntilde;os con distintos estudios de mercado que permiten ir obteniendo insights para lograr una mayor conexi&oacute;n con las distintas audiencias. En ese camino se han desarrollado focus groups para analizar la conveniencia de desplegar mayor o menor emocionalidad o racionalidad en los discursos de la marca carne argentina.&nbsp; Resulta claro que en t&eacute;rminos de preferencia de la gente, gustan m&aacute;s y por lo tanto pueden ser m&aacute;s efectivos en cambiar h&aacute;bitos o actitudes, aquellos mensajes que busquen conmover desde las emociones y los valores que est&aacute;n en sinton&iacute;a con la gente.&nbsp; En la figura 2, se muestran dos bosquejos de posibles publicidades que fueron testeadas en los focus groups para ver la potencial reacci&oacute;n de la gente, el agrado o desagrado, la recepci&oacute;n o rechazo de las creatividades propuestas y el grado de entendimiento de los mensajes. <p style="text-align: center;"> De las dos opciones, la que hace referencia a la naturalidad del producto carne argentina es la que tiene menos aceptaci&oacute;n. Quiz&aacute;s los diversos puntos de vista sobre este atributo del producto dificultan que la gente se haga una imagen clara de si la carne argentina es natural o no. A ello hay que sumarle que el boca en boca negativo puede da&ntilde;ar tambi&eacute;n la imagen y ello significa un escenario complejo y sobre todo adverso para intentar anclar mensajes m&aacute;s o menos familiares y sin controversias y contraindicaciones.&nbsp;&nbsp;&nbsp; Frente a esta reacci&oacute;n ha tenido mucha mejor aceptaci&oacute;n la otra alternativa que se someti&oacute; a evaluaci&oacute;n y que se basa en el dicho: &ldquo;Decime que sos argentino sin decirme que sos argentino&rdquo; y que busc&oacute; resaltar ante una poderosa escena de asado, diferentes valores que no parecieran tener fecha de vencimiento en nuestra cultura argenta. As&iacute; el asado remite a reuni&oacute;n, el compartir, al orgullo nacional y a la argentinidad. Pero tambi&eacute;n la puesta en valor de la escena rescata el involucramiento emocional que tiene lugar cuando entran en juego rituales y experiencias que venimos compartiendo como sociedad desde hace mucho tiempo.&nbsp; El hombre bipolar tiene razones para explicar y emociones por vivir&nbsp; Tal como se ha explicado, seg&uacute;n el resultado de los estudios de mercado realizados por el IPCVA el aroma a asado, junto al olor a caf&eacute; y al agua de lluvia est&aacute;n entre los olores preferidos de los argentinos. La posibilidad de conseguir una mejor empat&iacute;a va por este camino. El de despertar el placer sensorial y del disfrute, pero de la mano del anclaje en los valores y emociones que hoy cotizan en alza. Esta forma de combinar los ingredientes de la mezcla comunicacional que para algunos es casi un arte, se mantiene hoy vigente m&aacute;s all&aacute; de lo tecnologizada que se sienta nuestra vida. No nos olvidemos que cada vez m&aacute;s nuestras necesidades, deseos y motivaciones se activan a trav&eacute;s del Smartphone. En el IPCVA hemos podido comprobar que los argentinos siguen estando apasionados con el asado. En el Monitor Online de consumo de carnes del IPCVA, se detect&oacute; que el asado despierta incluso m&aacute;s pasi&oacute;n que otros &iacute;conos de nuestra cultura como el futbol, el tango, el dulce de leche y el mate. En definitiva, cuando alguien est&aacute; haciendo asado, tu cuerpo lo sabe, porque tu pasi&oacute;n lo sabe. &nbsp;