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Bienestar animal y competitividad: una alianza estratégica para la producción de carne moderna

 Las fuertes exigencias de los consumidores transformaron el concepto de bienestar animal de una tendencia a una inversión estratégica de diferenciación y rentabilidad, incorporándolo como factor clave para la sustentabilidad ganadera.

  • 05/11/2025 • 12:42
Fotos: Consigli

Por: Ing. Agr. (M.Sc.) Ricardo Consigli, Consultor en calidad de carne y bienestar animal en vacun


 

En los últimos años se ha observado una profunda transformación de la producción de carne impulsada por las exigencias de los consumidores, la evolución de los mercados y los avances científicos referidos al bienestar animal. En este sentido, el bienestar ya no se considera únicamente una cuestión ética o moral, sino un factor estratégico de competitividad que impacta directamente sobre la eficiencia productiva, la calidad del producto final y la sustentabilidad de los sistemas ganaderos.

Qué es el Bienestar Animal

Hace 50 años el profesor Brambell (1965) formuló las conocidas “5 libertades” como resultado de una investigación que realizó sobre las condiciones de los animales de granja en el Reino Unido; las mismas se han convertido en un marco de referencia internacional para el cuidado animal:

  • Libre de hambre, sed y desnutrición. 

  • Libre de temor y angustia. 

  • Libre de molestias físicas y térmicas. 

  • Libre de dolor, lesión y enfermedad.

  • Libre de expresar su comportamiento natural.

En 1976 Hughes describe al Bienestar Animal como “el estado de completa salud mental y física donde el animal está en perfecta armonía con el ambiente que lo rodea”. Esta concepción integral considera al bienestar como un estado positivo de equilibrio -no sólo como la ausencia de sufrimiento- ya que destaca la interdependencia entre la salud física y mental del animal y su entorno. Esta definición abarca todos los aspectos del animal en relación a su hábitat, y no sólo lo referido a su salud.

Hace pocos años la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, 2019) actualizó el concepto de bienestar animal en su Código Sanitario para los Animales Terrestres definiéndolo como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”, lo que significa que un animal en buenas condiciones de bienestar debe estar sano, seguro, cómodo, bien alimentado, ser capaz de expresar su comportamiento natural y estar libre de sensaciones negativas como dolor, miedo o angustia.

Esta definición tiene carácter científico, fomenta el desarrollo sostenible y sirve como guía para la implementación de políticas y legislaciones adecuadas en todo el mundo. Sin embargo, antes de continuar, es necesario aclarar que una cosa es el bienestar animal (está basado en la ciencia) y otra cosa el proteccionismo animal (corriente basada en evitar el maltrato). Al primero de ellos nos referimos en este artículo.

Los estados emocionales de los animales

Para asegurar el bienestar animal, deben prevenirse enfermedades, proporcionar tratamientos veterinarios correctos, manejar y alimentar adecuadamente a los animales, y tratarlos y sacrificarlos de forma compasiva.

Numerosos estudios científicos llevados a cabo en los últimos años han demostrado que los animales tienen estados emocionales muy parecidos a los que experimenta el ser humano: miedo, angustia, tristeza, frustración, fatiga, enojo, ira, pánico, alegría, sorpresa, apego y juego. Estos estados afectan su comportamiento y bienestar, y se manifiestan en respuestas fisiológicas y expresiones conductuales.

Por eso, la OMSA diferencia el estado del animal (sus emociones) de cómo es tratado (cuidado o trato compasivo). En la actualidad muchos especialistas en Bienestar Animal tienen una mirada errónea en esta temática. De allí que es necesario recalcar que el bienestar se refiere a cómo se siente el animal (sus sentimientos y emociones) y no al tratamiento que recibe; podemos creer que estamos brindando al vacuno un tratamiento adecuado, pero el animal no siente lo mismo.

Por qué implementar el Bienestar Animal

La implementación del bienestar animal se hace necesaria debido a la tendencia global de otorgar productos inocuos y éticos a los consumidores. Esta implementación es indispensable por tres razones:

  1. ÉTICAS

La ciencia ha demostrado que los animales experimentan diferentes estados emocionales frente a estímulos positivos o negativos que repercuten en su calidad de vida, la producción de músculo y leche, y la calidad final de su carne. 

Las EXPERIENCIAS POSITIVAS y gratificantes de larga duración, intensidad y frecuencia, originan cambios (o respuestas) en el animal lográndose:

- Mayor productividad, comodidad, placer, seguridad, confianza

- Respuesta afectiva con el humano

- Interacción entre animales

- Comportamiento del juego

Las EXPERIENCIAS NEGATIVAS están asociadas al funcionamiento físico (sintiendo hambre, sed, dolor, debilidad) o al entorno (experimentando ansiedad, pánico, miedo, soledad, frustración, aburrimiento, depresión).

El instinto de supervivencia del vacuno lo lleva a que recuerde rápidamente las experiencias negativas que atravesó en su vida (manejo incorrecto en el arreo, corral, manga, transporte, etc.). Esto explica que, muchas veces, los animales sean reticentes a ingresar al corral, la manga o al camión si con anterioridad fueron maltratados. No hay que olvidar que los vacunos tienen memoria y pueden recordar las vivencias negativas que atravesaron en los tres últimos años de su vida. Esto es común de observarlo en categorías mayores como vacas y toros. Por todo ello, y al ser animales que tienen emociones, es necesario asegurarles una vida digna y libre de dolor.

  1. COMERCIALES

Es conocido el desprestigio mundial que está sufriendo en los últimos años la producción ganadera y el consumo de carne. Los consumidores, y por lo tanto los mercados, están cada día más sensibles y su confianza se vincula cada vez más con la transparencia del proceso productivo. La competencia de los países productores de carne por acceder a los mercados internacionales -como así también a nichos de mercado de su propio país- ya no pasa solamente por ser más eficientes o más productivos.

En la actualidad, y especialmente en mercados de alto poder adquisitivo, los consumidores han comenzado a demandar alimentos sanos, trazables y producidos éticamente, donde el bienestar animal se ha convertido en uno de los requisitos más importantes. Cumplir con ellos facilita el acceso a nichos exigentes y mejora la reputación internacional de la carne como producto ético, sustentable y de alta calidad. Muchos países han comenzado a incorporar programas de bienestar animal en frigoríficos y establecimientos rurales, reconociendo que el cumplimiento de estas normas mejora su competitividad comercial y abre puertas a nuevos destinos.

 Gigantografía en la ciudad de Córdoba (Argentina). Una parte de los consumidores están en contra del consumo de los productos de origen animal, entre otras cosas, debido a la falta de bienestar animal.

 

  1. PRODUCTIVAS

La ausencia de bienestar animal afecta los índices productivos de cualquier ganadería ya que el estrés crónico provoca menor ganancia diaria de peso vivo, peor conversión de alimento y una mayor susceptibilidad a enfermedades, lo que conlleva a un incremento de los costos sanitarios y de alimentación.

A su vez, vacas con altos niveles de estrés presentan peores tasas de preñez y una mayor cantidad de pérdidas embrionarias. Por lo tanto, podemos comprobar que el bienestar animal contribuye también a una mayor estabilidad reproductiva.

El correcto diseño de las instalaciones y su adecuado mantenimiento, sumado a las buenas prácticas de manejo (rutinas de arreos calmos, uso de banderas, impedir la presencia de perros durante las prácticas en corrales, etc.), evita posibles accidentes de los operarios, caídas y golpes en los animales -con la posterior aparición de machucones en la media canal-, y daños en la calidad de la carne. Diversos estudios han demostrado que las buenas prácticas pecuarias se traducen en mejoras productivas de hasta un 10%, además de reducir la mortalidad y las lesiones en los animales.

En la actualidad, los sistemas ganaderos modernos recurren a un correcto manejo de los vacunos en el campo, durante su transporte y sacrificio, asegurando su máximo confort. Si bien el estrés no puede evitarse por completo, al menos debemos intentar minimizarlo para evitar las grandes pérdidas que se observan en toda la cadena. Los beneficios son múltiples ya que se observan efectos positivos sobre la productividad, la calidad de la carne y la imagen del producto frente a los mercados.

La carne de corte oscuro proveniente de un animal estresado posee una mala calidad sensorial y tiene una vida comercial muy corta.

Costos y beneficios

Uno de los argumentos más frecuentes contra la implementación de programas de bienestar animal es el supuesto incremento de costos. Si bien algunas medidas -como mejoras en instalaciones o capacitación de los operarios- implican una inversión inicial, múltiples análisis de costo-beneficio demuestran que los retornos son positivos en el mediano plazo. Como la producción de carne vacuna también debe tener una mirada en el mediano/largo plazo, dicho argumento es fácilmente rebatido.

Lo más importante, y que se produce casi inmediatamente durante la etapa productiva, es la reducción de pérdidas por lesiones de los animales, accidentes con operarios, decomisos en la media canal y pérdidas del producto carne. Sin embargo, existen otros beneficios que no suelen ser tan visibles como la reducción en las mermas de peso durante el transporte, y las mejoras en la eficiencia alimenticia y reproductiva. Todo ello genera ahorros operativos significativos y beneficios intangibles como la fidelización de clientes y el acceso a nichos Premium.

Conclusiones

El bienestar animal no solo representa un compromiso moral con los seres vivos que nos proveen alimento, sino también una estrategia inteligente de diferenciación, rentabilidad y futuro para toda la industria cárnica.

El bienestar forma parte también de la sustentabilidad ganadera, entendida como el equilibrio entre los aspectos productivos, económicos, ambientales y sociales del sistema. Una ganadería sustentable no solo busca maximizar el rendimiento económico, sino también garantizar la armonía con el entorno y el respeto por los seres vivos involucrados.

El bienestar animal ha dejado de ser una tendencia pasajera para transformarse en un requisito básico en la producción de carne. Su correcta implementación optimiza los indicadores productivos, reduce las pérdidas económicas, mejora la calidad del producto y fortalece la reputación de las empresas ante los consumidores y los distintos nichos de mercado.

Por lo tanto, el bienestar animal no debe verse como un gasto, sino como una inversión estratégica en calidad, eficiencia y competitividad. Los sistemas productivos que se anticipen a estas demandas tendrán una ventaja competitiva sostenible en el tiempo.